"Si así fuese, ¿por qué vuestros salvajes
tienen ese sentimiento?"
Comentarios de Miramez:
Somos conscientes de que la educación nos alienta a las cosas más nobles de la vida; sin embargo, esta se da de forma gradual, de acuerdo con nuestra evolución espiritual. El modo de asimilar la educación en un medio en el que se madura es diferente de unos para los otros, según los dones despiertos en cada criatura. La conciencia de cada alma selecciona lo que recibe, como un producto del medio en que vive y crean condiciones para que la inteligencia expanda sus valores en el programa de su existencia, rechazando lo que no le sirve, por las condiciones que ha alcanzado en la escala evolutiva.
Toda herencia es
relativa, respetando la posición del heredero en la vida. Si consultáramos en
la historia, a las grandes vidas en la Tierra, la razón nos
certificaría esta verdad. Los espíritus, incluso los llamados primitivos, cuando
reencarnan en un medio más evolucionado,
no asimilan el producto de la educación ofrecida por su falta de capacidad de
entendimiento que no está a la altura de sus progenitores, escuelas y libros.
La afirmación de que somos el producto del medio no es convicta en cuanto a las leyes de la evolución. Podemos
ser o no este producto, dependiendo del rango en el que nos situamos, con
aquellos con los que convivimos. Y nos preguntamos: ¿dónde aprendieron los
primeros maestros? ¿ En qué escuela?
El aprendizaje más
actuante surge del intercambio de experiencias entre las personas y las
naciones; sin embargo, la aparición del verdadero aprendizaje de las almas
viene por los procesos del despertar de las cualidades que a veces duermen en
todos los seres. Por eso decimos, como ya lo
dijo todos los profetas, que Toda sabiduría viene de Dios. Toda forma de
amor nace de su magnánima personalidad.
La idea de Dios en la
gran población indígena que vivió en la Tierra y de la que todavía hay algunos
elementos, es una prueba irrefutable de que Él existe y que no fue un producto del medio. Fue la revelación de los
propios espíritus que rodeaban y protegían estos elementos, en las secuencias
evolutivas en que la vida les ha puesto.
Muchos de los señores agrícolas
que dominaron Brasil por varios años,
alimentaban y divulgaban la idea de que la vida se terminaba en la tumba y que
los esclavos eran animales de carga. Sin embargo, aunque estuviesen posesión del poder de la situación y de la
fuerza, no quitaban a los cautivos la
creencia en la existencia de Dios y de las almas, que utilizaban los tambores,
los cuerpos de los sensitivos, para que os animasen en sus probaciones. ¿Dónde
está el producto del medio y de la agresión? Cuanto más sufre el Espíritu, más
despiertan sus cualidades espirituales, pero la verdad le conduce a los caminos
de la luz!
Ciertamente no interrumpiremos
el ejercicio sublime de la educación y la instrucción en todos los niveles de vida
y de la vida, porque es, en esta persistencia humana y divina que hacemos nuestra parte, junto a la ya realizada
por Dios.
Los sentimientos íntimos
que todos tenemos en cuanto a la
inmortalidad del alma y la existencia de nuestro Padre Celestial, roe la
primera cosa divina puesta en nuestros
corazones espirituales por las manos del Creador, en forma de luz que ilumina
nuestras vidas. Esa certeza no se vende, no se da, nadie puede quitar. Es
nuestro patrimonio, que brilla en nosotros con alegría y esperanza para
hablarnos de la felicidad eterna. El objetivo más inteligente es educar e
instruir. De este modo, todos los talentos florecen y la vida para nosotros se
convierte en una vida en Cristo, en la presencia de Dios.
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