Primera parte
Las causas primarias
CAPÍTULO I : DIOS
1. Dios y el infinito. - 2. La
prueba de la existencia de Dios. - 3. Los atributos de la Divinidad. - 4. El
panteísmo.
Dios y el infinito
1. ¿Qué es Dios?
"Dios es la inteligencia suprema, causa primera de todas las
cosas"
Comentarios de Miramez:
LA SUPREMA INTELIGENCIA
El primer interés de Allan
Kardec fue saber de Los Espíritus quién
era Dios y ellos respondieron dentro de la sencillez, pero con absoluta
certeza: Dios es la inteligencia suprema, causa primera de todas las cosas.
No podemos sentirnos seguros dónde quiera que estemos, sin al menos considerar la idea de una fuente
creativa y eterna. El estudio sobre el Señor nos lleva a un ambiente de fe que
corresponde en su apariencia más pura, a la voluntad de vivir. Sentimos alegría
al entrar en contacto con la naturaleza, puesto que ella nos habla de una
inteligencia por encima de todas las inteligencias humanas, de un amor
diferente de aquel que sentimos, de una paz operante en sus mínimos históricos
de la vida. El Dios que buscamos fuera de nosotros mismos está igualmente en el
centro de nuestra existencia, porque Él está en todo, nada vive sin Su
presencia benefactora.
El Creador estableció Sus leyes, que cuidan de la armonía en la
mansión divina, sin jamás olvidar del grande y del pequeño, del mediano y de
los extremos, por lo que se le da, a cada cual según sus necesidades. No existe
injusticia en cualquier campo de la vida, pues
cada espíritu o cosa que se mueve en el ambiente que evolución soporta;
eso explica porque debemos dar gracias por todo lo que se coloca en el camino.
Es justo, sin embargo, recordarnos del esfuerzo individual, e incluso
el esfuerzo colectivo de mejorar
siempre, como siendo una tarea nuestra para que logremos la perfección. Aquel que piensa que tiene fe
en Dios, pero vive en lugares que invitan a la duda, con compañeros que no
coinciden con sus aspiraciones de esperanza, aún carece de la fe verdadera,
iluminada por la temperatura de amor. Es la confianza que requiere reparación. Es
lo que ocurre con todas las virtudes
conocidas y que algunas veces experimentamos.
Estudiemos la armonía del universo. Meditemos en ella, pidiendo al
Maestro que nos ayude a comprender este equilibrio divino, porque si entramos
en plena resonancia con la creación, todos
los problemas serán sanados, se deshacen todas las dificultades y todos los infortunios
llegarán a su fin. Solamente después de eso, por las vías de la sensibilidad y la moral
que elegimos vivir, es que obtendremos la respuesta más precisa acerca de lo que es
Dios.
Conocer y amar, son dos metas que no podemos olvidar en ninguno de
nuestros caminos. Estos dos estados del alma nos abrirán las puertas de la
felicidad, y nos permitirá vivir en pleno cielo, incluso al caminar y vivir todavía
en la Tierra. La Inteligencia Suprema está caminando con nosotros y
constantemente hablando a nuestros oídos, en todas las dimensiones del
entendimiento, sin embargo, todavía estamos sordos a sus llamamientos, y
sufrimos las consecuencias de nuestra ignorancia.
El intercambio entre los dos
mundos acelera una dinámica sorprendentemente elevada acerca de las cosas
divinas, para la mejor comprensión de los que duermen y Cristo como guía
visible a través de los mensajes, toca los clarines de la eternidad anunciando un
nuevo día en el que las criaturas encontrarán la libertad, mostrando dónde está Dios y lo que es Dios, que nos espera como hijos de su
corazón, los brazos abiertos como el Padre del Amor.
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